martedì 8 giugno 2010

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REFLEXIÓN EN CURSO

lunedì 7 giugno 2010

Repositorios digitales y educación.


En la actualidad internet ocupa un lugar privilegiado en los centros urbanizados del planeta, y su difusión y alcances crecen exponencialmente en cada ámbito de la vida pública y privada: redes sociales, sitios de entretenimiento, canales televisivos, radio on line, en fin, páginas de todo tipo. Sin embargo el ciberespacio, siendo un potentísimo medio, está plagado de contenidos de usuarios, de sitios de entretenimiento, y menos espacios dedicados a la ciencia. El problema no parece quedar ahí. Cierto que, en relación a otros contenidos, el de carácter científico es menor, más el número existente es bastante en toda la red. Uno de los retos que la comunidad científica tiene es justo el paso de fuentes análogas al uso de fuentes digitales. La integración de las sociedades del conocimiento a este espacio globalizado no está resultando sencillo como podría parecer; el control y almacenamiento de documentos digitales pasa a través del dilema de los derechos de autor y los derechos de distribución, así como una categorización de documentos más universal.

Pero ¿por qué sería importante la clasificación de documentos digitales y la creación de repositorios? La necesidad es coyuntural. Las llamadas políticas globalizantes, la homogeneización en diferentes sectores (económico, político, social) no han dejado afuera el ámbito educativo, trayendo consigo beneficios en algunas naciones y rezagos en otras. Como es bien sabido, México y otros países de Latinoamérica tienen se encuentran en un severo atraso educativo. Nuestra producción científica es precaria y la incidencia de la existente es de corto alcance. Los motivos son muchos, pasando por las decisiones políticas de Estado entramándose con “subdesarrollo” y pobreza en el que millones de personas viven. La necesidad de educar a las nuevas generaciones en el uso de Internet y el acceso a documentos confiables, a través de los repositorios de información digital, se presenta a nosotros, pedagogos de este momento. Internet es poderosa y la coyuntura, dónde la web es la plataforma predilecta de muchos jóvenes y los documentos “físicos” están siendo velozmente desplazados, nos empuja a los profesionales de la educación, no solo a divulgar la existencia de repositorios digitales de información científica, sino a capacitar en su uso e integrar en nuestra práctica dichos espacio.

Hoy, el acceso a la información es considerado un derecho fundamental del hombre, y bajo esta premisa existen proyectos de control y difusión de contenidos digitales en todo el mundo pero no existe aún el impulso suficiente en Latinoamérica. También esta problemática supeditada al momento coyuntural.